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CONDUCTAS PROBLEMA

¿ Cómo hacer para disminuir y/o eliminar esas conductas inadecuadas en nuestros hijos?

En este artículo vamos a explicar como disminuir y eliminar esas conductas tan molestas y la vez contraproducentes para el desarrollo de nuestros hijos.

¿ Que puedo hacer ante las pataletas y rabietas de mi hijo cuando no consigue lo que quiere? ¿ Como conseguir que obedezca las normas impuestas por sus padres?

Es bien sabido que  « a ser padres nadie nace aprendido» y que la labor de educar es altamente difícil. En la sociedad actual, los cambios sufridos en las estructuras familiares, falta de conciliación familia-trabajo, inserción de la mujer en el mundo laboral, divorcios conflictivos, familias monoparentales,… son factores del entorno que estan influyendo de manera significativa en los estilos educativos de los hijos, condicionando su vida póstuma, sus relaciones interpersonales, su desarrollo afectivo y su personalidad.

Por ello, a continuación detallamos una serie de técnicas que nos pueden ayudar a disminuir e incluso eliminar estos comportamientos molestos e inadecuados de nuestros hijos.

a) El Refuerzo Positivo:

Las personas a menudo somos recompensadas por nuestras acciones, y eso nos resulta gratificante y agradable, nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos, realizados y exitosos en nuestra vida, aumenta nuestra autoestima y seguridad en nosotros mismos. Cuando el nuestro jefe nos dice: …» buen trabajo Gutierrez, vas por el camino correcto hacia el ascenso», una simple frase hace  que Gutierrez esté mas motivado en el trabajo, y se esfuerce cada día mas para conseguir ese ascenso tan deseado.

Este sentimiento tan agradable lo buscamos desde niños. Nos gusta que nos elogien, feliciten, nos muestren felicidad y aceptación…

Por ello, el refuerzo positivo es una técnica que produce que instauremos en los niños conductas deseables y reduzcamos y eliminemos  las indeseables. ¿De qué forma? pues sencillamente, premiando y elogiando aquellas conductas que sean positivas para el desarrollo del niño e ignorando aquellas conductas inadecuadas e indeseables para la convivencia y desarrollo del niño.

Veámoslo en un ejemplo:

Si nosotros queremos instaurar una conducta en nuestro hijo (ej: que adquiera el hábito del estudio) es importante reforzar y reconocer cada paso que se haga hacia la misma. Si únicamente reforzamos el cambio total, y despreciamos los pequeños esfuerzos, difícilmente motivaremos para que el cambio se produzca, de esta forma el niño cesará en su esfuerzo y los padres se desmotivarán y no continuarán utilizando la técnica.

Para implementar de forma correcta el refuerzo positivo es preciso:

  • Tener clara la conducta a modificar/instaurar
  • Especificar los reforzadores eficaces
  • El refuerzo debe ir seguido de forma inmediata a la conducta deseable
  • Utilizar varios reforzadores, para evitar la saciación
  • Estimar la cantidad óptima de reforzador. Pasar de refuerzo continuo  al intermitente. Una vez que la conducta se repite, es necesario espaciar cada vez mas el reforzador hasta eliminarlo, ya que finalmente la propia conducta automatizada llega a ser el propio reforzador.

Existe una técnica muy efectiva llamada «Economía de Fichas«, quizás muchos de vosotros hayais leído mucho sobre ella, o conozcais gente que la ha utilizado.

Esta técnica si es utilizada de forma correcta es muy efectiva para la adquisición de hábitos y conductas deseables y saludables.  Para aquellos que todavía no la conozcan la expongo a continuación:

Se trata de fijar 2 o 3 conductas muy concretas que queremos instaurar en el niño, y fijemos como refuerzo por su aparición una ficha o punto, que se podrá canjear más tarde (es necesario fijar fecha, al final del día o de la semana). Así funciona: Si queremos que Pedro se lave los dientes después de comer, cada vez que lo haga se le dará un punto/ficha y si al final de la semana ha conseguido X puntos /fichas podrá ir al cine el sábado a ver la película que mas le guste.

Las instrucciones deben ser muy bien explicadas a los niños, en un lenguaje que lo entiendan según su edad, asi como también las tareas y refuerzos deben ser acordes a la edad del niño.

Por ello es importante:

  • La entrega de fichas debe ser inmediata, contingentemente al comportamiento emitido
  • El refuerzo (Ficha) debe darse siempre que se emita es conducta
  • Deberá adecuarse la cantidad y tipo de reforzador, tanto al niño como a la situación ( es importante que el niño reciba mucha recompensa, poniéndose fácil al principio, para luego ir incrementando la dificultad para lograr el punto/ficha)
  • Para no crear saciación es preciso acompañar la entrega de la ficha con refuerzos sociales del tipo: » lo has hecho genial» «estoy muy orgulloso de ti»… que facilitarán la generalización y la adquisición del hábito sin tener que premiar continuamente con cosas materiales.

Si se tienen en cuenta estas pautas, en pocas semanas, el niño habrá adquirido un hábito y unas conductas deseables, sin demasiada dificultad, solo con paciencia y constancia. Ya que, en muchas ocasiones los niños se cansarán y no querrán hacer las tareas, pero la constancia de los padres y la correcta utilización de la técnica harán que el niño adquiera cada día conductas nuevas.

Es importante que a medida que se vayan adquiriendo las conductas deseables, la propia ejecución de la conducta será reforzante y no será necesario recompensarla continuamente

 

b) La Extinción

De igual forma que si premiamos y reforzamos conductas deseables y adecuadas, estas tienden  a repertir su frecuencia hasta adquirir un hábito, si ante una conducta indeseable o inadecuada no esta seguida de un premio o refuerzo irá reduciéndose hasta extinguirse.

Por ello, ante comportamientos inadecuados, no debemos prestarles atención, ignorarlos como si no se hubieran producido, ya que un simple razonamiento o reprimenda será interpretado como un exito para ellos, siempre preferirán ser castigados que ignorados. La atención es el mayor refuerzo que alguien pueda obtener.

Si aplicamos esta técnica de forma consistente y continuada obtendremos la reducción y extinción de la conducta indeseable. Debemos obrar de la misma forma cada vez que tenga lugar el comportamiento indeseable, porque de lo contrario el niño aprenderá que insistiendo obtendrá lo que pretende y se mantendrá su comportamiento negativo.

Veámoslo en un ejemplo sencillo.

Julia es una niña inquieta y traviesa. Cuando llega del colegio, va dejando todo a su paso: mochila a un lado, abrigo al otro, juega con los juguetes y los deja esparcidos por toda la casa…. Cuando la madre de Julia le dice que debe recoger sus cosas, Julia se niega y si su madre insiste se echa a llorar… y su madre acaba recogiéndolo todo.

¿ Que debemos hacer en el caso de Julia?

Pues bien, esta es una conducta instaurada desde hace tiempo, Julia sabe que ante su llanto, se librará de recoger los juguetes y su ropa.

Las rabietas de Julia son abundantes y cuando suceden, sabe que su madre interviene de alguna forma, bien intentando razonar con ella, gritándole, castigándola,… algo que hace que, lejos de suprimir esas conductas, se repitan con más frecuencia. Julia sabe que es cuestión de insistir y al final acabará consiguiendo su propósito.

Lo que debemos hacer ante estas situaciones, es dejarle sóla, manteniéndose cerca de ella y esperar a que deje de gritar y llorar. Nunca se debe de amenazar (sobre todo con cosas que no se puedan cumplir, ej: o vienes o te dejo quedar aquí en el supermercado sola) o decirle que asi no conseguirá nada…. porque con estos razonamientos Julia verá atendida su demanda de «llamar la atención» y sentirá que ella ha ganado y que nos controla, algo que nunca debe suceder, nosotros como padres tenemos que tener la situación controlada y transmitirle a los hijos seguridad y firmeza en lo que le decimos, de lo contrario ellos tendrán  «la sartén por el mango».

Por ello, ante las rabietas de Julia, guardar la calma, no ponerse nerviosos y ansiosos, esperar a que cesen los gritos y los llantos e ignorar todas las llamadas de atención que lleven consigo un comportamiento inadecuado.

Es importante advertir, que esta técnica supone un aumento inicial de la emisión de la conducta indeseable, ya sea en intensidad, frecuencia y agresividad de las rabietas, pero con constancia en la falta de atención e ignorando la conducta acabará por cesar en su empeño y eliminará esa conducta.

Es importante que los padres seamos pacientes y constantes, no debemos dejarnos vencer por los hijos, somos nosotros quien ponemos las normas y los límites, y no ellos.

Si bien es cierto que es una técnica lenta y costosa, bien aplicada resulta muy eficaz y poco agresiva.

Espero que estas dos técnicas os sean de ayuda, las apliquéis tal y como se exponen en este artículo, y al cabo de unas semanas me dejéis comentarios al respecto… comprobareis que bien aplicadas tienen unos resultados efectivos!!

Espero vuestras respuestas!

% Comentarios (2)

Que gran iniciativa la escuela de padres, a través de ella se percibe la importancia de un buen asesoramiento hacia los padres a la hora de educar a sus hijos.

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